
Digitalización de asesorías – Conchi Sancar
Conchi Sancar es experta en asesorar a asesorías, valga la redundancia. En 2008, hace 17 años, fundó su propio despacho como consultora estratégica para ayudar a otros asesores a digitalizar su negocio, ahorrar tiempo en la gestión y organización de contabilidad a clientes, implementar herramientas y automatizaciones, incorporar la tecnología en sus tareas y desarrollar estrategias de marketing.
En su empeño por facilitar el día a día de los profesionales de la asesoría ha publicado la “Guía de supervivencia digital para asesorías”, disponible en eBook o en papel y orientada específicamente a asesores para ayudar a digitalizar sus negocios.
En esta entrevista a Conchi Sancar hablamos de sus inicios, de cómo empezó en la digitalización de asesorías y de las estrategias enfocadas a negocios B2B.
En el año 2008 se te ocurrió implementar el teletrabajo para tu propia asesoría, algo insólito por entonces. ¿Fue difícil?
Sí, lo fue. No tanto por lo técnico, sino por lo cultural. En aquel momento, la idea de trabajar fuera de la oficina generaba desconfianza. Pero yo tenía claro que podía trabajar perfectamente bien sin tener que ir a un despacho físicamente. Implementé herramientas que hoy son comunes, como almacenamiento en la nube y comunicación digital, cuando aún sonaban a ciencia ficción para muchos despachos. Lo hice porque no quería perder horas de trabajo para ir a una reunión cuando nevaba. Puede sonar cómico pero en Andorra, en invierno, nieva bastante y los desplazamientos me hacían perder un tiempo que prefería emplear en otra cosa. Quería una asesoría ágil, eficiente y dando la misma calidad de servicio.
Mudarte a Andorra en un momento en el que no había leyes fiscales ni contables te ayudó a entender qué es realmente asesorar. ¿Qué veías que fallaba en el sector y por qué decidiste crear tu propio despacho?
Es lo mejor que me ha pasado en mi vida profesional. Solo así puedo valorar hoy en día esta profesión de la manera que lo hago. Asesorar no es rellenar formularios ni calcular impuestos, sino acompañar al cliente en el día a día de su negocio.
Y eso es lo que se hacía en Andorra en 2003: acompañar al cliente y dar uso a los datos con fines de crecimiento empresarial. En mi cabeza no entraba bajo ningún concepto centrarme en calcular importes únicamente con fines recaudatorios o realizar nóminas y contratos laborales por obligación.
Los empresarios en Andorra ya estaban a otro nivel y gracias a eso puedo decir muy alto que el sector de la asesoría es el más importante y valioso de todo el tejido empresarial.
Utilizas lo que llamas el “Sistema OCC”. ¿En qué consiste?
El Sistema OCC resume mi forma de trabajar: organización, comunicación y control. Se basa en cómo organicé mi despacho y lo preparé para el futuro ya en el año 2008. Consiste en tener el despacho totalmente digitalizado, en la nube y que no requiera la intervención física para funcionar. Hoy en día es más sencillo con las herramientas digitales que nos permiten tener todo en la nube, hablar con compañeros desde diferentes localizaciones y tener un calendario de tareas para que no se nos escape nada.
Tardé unos cuantos años en que el mercado me diera la razón. En 2020, mis compañeros de profesión y clientes querían el mismo sistema que yo. Mi teoría es que no hace falta que llegue una pandemia o una obligación para hacer las cosas de manera más eficiente y segura.
¿Cuál es tu propuesta de valor al dirigirte a despachos de asesoría tradicional que no entienden el potencial que tiene la digitalización?
Lo primero que hago es pedirles que no se obsesionen y valoren lo que realmente les proporcionará más rentabilidad o ahorro de tiempo. Muchas veces con un par de herramientas es suficiente. En el despacho lo más importante es el sistema, porque las herramientas, más o menos, hacen todas lo mismo.
Dependiendo de cada asesoría continuamos creando un servicio que no se centra en las gestiones, y una vez tienen su punto de valor definido, utilizamos herramientas digitales para llegar a más clientes y prestar servicios, en ocasiones, online. Esto es algo que todavía no hacen muchos asesores y considero que es totalmente necesario.
En tus años de experiencia seguro que has visto a muchos asesores cometer fallos al intentar digitalizar su negocio sin una estrategia planificada. ¿Cuáles suelen ser los errores más habituales?
El principal error es decir “no tengo tiempo”, porque curiosamente no lo tienen para hacer un servicio rentable y sí lo sacan de donde sea para cerrar impuestos a un precio tan bajo que es normal frustrarse como profesional.
Por otra parte, muchas asesorías compran un software creyendo que eso resolverá sus problemas, posteriormente añaden herramientas y alguno hasta se mete a hacer cursos de ChatGPT. Y eso, sin tener una mínima base digital.
Empezar la casa por el tejado es habitual, pero en este sector se está intentando avanzar 20 o más años de avance tecnológico en el que todos han estado “dormidos” realizando tareas muy manuales y obviando la evolución digital que teníamos delante.
«Ese es el punto fuerte de los asesores: el trato humano. Así que mi lema es: utiliza IA en tus tareas rutinarias para poder aportar más trato personal a tus clientes.»
Tienes un club de asesorías para profesionales que quieren hacer su vida más fácil y mejorar sus ingresos. ¿Cuál es el valor añadido de este grupo?
Es un espacio para ponerse al día. Cada uno a su ritmo, pero también con apoyo de compañeros. El club funciona como un repositorio de contenidos y consultas. Cada mes comparto un contenido estratégico y sencillo de implementar. De esa manera los asesores que están dentro ven resultados con una implicación de una hora o dos al mes por su parte.
Existe una plataforma en la web, pero también una app. La idea es estar en contacto, tener encuentros online y presenciales pero, sobre todo, estar al día sin tener que pasar estrés o agobios.
En estos años de experiencia has vivido el auge de la inteligencia artificial. ¿Cómo ha cambiado tu forma de asesorar a los clientes?
Me encanta la IA y la utilizo yo misma y con clientes. De cara al sector pienso que se debería utilizar para tareas y acciones que pueda hacer cualquiera y poder dedicar más tiempo de valor personal con los clientes. Ese es el punto fuerte de los asesores: el trato humano. Así que mi lema es: utiliza IA en tus tareas rutinarias para poder aportar más trato personal a tus clientes.
«Lo que me impulsa realmente es ver cómo los asesores vuelven a disfrutar de su profesión, sin quejas en picos de trabajo trimestral.»
¿Cómo imaginas el papel de las asesorías en los próximos cinco años con la automatización y la IA?
Creo que es una herramienta más. Se suele pensar que la IA reemplazará puestos de trabajo y yo creo que la IA en el sector del asesoramiento ayudará a poner en valor el criterio profesional y el trato personal con el asesor.
En tu web comentas que si no se invierte en marketing en el momento adecuado se puede perder dinero. ¿Cuándo pueden las asesorías empezar a desarrollar su estrategia de marketing?
Solo recomiendo realizar marketing cuando tienes algo más que gestiones para vender. Si vas a desperdiciar esfuerzo y dinero en captar clientes para realizar servicios de menos de 100 € al mes en lugar de servicios de alto ticket de más de 1.500 € no hace falta mucho cálculo para darte cuenta de que algo falla de base.
Haz marketing una vez tengas tu servicio estratégico y de valor que tu cliente esté deseando comprar.
Trabajas mucho tu presencia en LinkedIn, cuentas con un canal en YouTube, realizas webinars… ¿Qué tipo de estrategias de marketing B2B te funcionan mejor para captar a otros despachos de asesoría?
Lo que mejor me funcionan son los webinars con lanzamiento de algún servicio o infoproducto. Pienso que como mejor se conecta es viendo a la persona: cómo habla, qué dice, cómo se expresa… Por eso el webinar, en directo, es mi herramienta estrella para acercarme a mis clientes, pero también que entiendan mi propuesta y sepan que yo les entiendo a ellos porque también soy asesora.
Sin duda, la publicidad y la exposición en redes me impulsa a llegar a esos despachos.
¿Qué le dirías a una asesoría tradicional que quiere empezar a digitalizarse? ¿Por dónde empezar?
Primero ordena tu despacho con el sistema OCC y luego trabaja tu servicio estratégico como te enseño en mi mentoría “Asesoría Infinita” o en el Club. El tercer paso será crear una estrategia que puede llevar redes sociales, e-mail marketing y otras acciones según la personalidad y objetivos del despacho.
¿Qué te motiva cada día a seguir ayudando a asesores?
Gracias a mis servicios, muchas asesorías han pasado de vender lo justito, a tener servicios muy rentables. Y muy en contra de las estadísticas, despachos pequeños consiguen más rentabilidad que otros considerados más grandes. Lo que me impulsa realmente es ver cómo los asesores vuelven a disfrutar de su profesión, sin quejas en picos de trabajo trimestral y, sobre todo, centrados en aportar valor a sus clientes y no a la administración.


